MARTES 22 DE MAYO
DESCRIPCIÓN:
Inicié
la jornada con la oración y la lectura de la fábula “la liebre y la tortuga” del
autor Esopo, tomada de “El libro de los valores”, páginas 50 y 51. Cuando les
mostré la ilustración, un estudiante (Sergio) dijo “muéstreme la liebre”, y cuando la observó, replicó “¡ah!, es un
conejo”, a lo que otro respondió, “usted no sabía que era un conejo”, pero en
un tono despectivo.
Continúe
con la clase de matemática el tema de “la radicación”. Hice un breve repaso de
la potenciación y realizamos varios ejercicios calculando las raíces cuadradas
exactas de algunos números. Aún hay estudiantes que no se han aprendido las
tablas de multiplicar, a pesar de que la docente les insiste frecuentemente
para que las repasen. Algunos alumnos hicieron correctamente los ejercicios,
otros manifiestan dificultad pero muestran interés por aprender y piden
explicación. Otros dicen: “yo no entiendo nada”, pero cuando les explico en
forma individual, dicen “¡ay!, eso tan fácil”.
Este día
me propuse atender el consejo de doña Nélida “que debía bajar el tono de voz, ya que eran muy pocos
estudiantes y no tenía necesidad de hablar tan duro”. Me fue muy bien y logré
controlar la disciplina y dar las explicaciones en forma clara, sin necesidad de
aumentar el timbre de voz, aunque estuvieran
los niños de transición en el mismo espacio.
Seguidamente
prosiguió Camilo Ernesto con la clase de tecnología, estuvieron un momento en
el salón y después se desplazaron al
aula de informática. Allí les dictó un texto en Word. Él dio las orientaciones
en un tono de voz muy alto, como gritando a toda hora, además cuando están
dispersos los amenaza diciéndoles que les va a hacer evaluación y también les
expresa que están muy mal ya que todo eso lo han visto en clases anteriores.
Cuando los estudiantes hacen indisciplina o se distraen, les grita para
“controlar” la disciplina. Se dirige a la misma estudiante (Tatiana) en estos términos “es que usted no estudia en la casa; claro,
eso le pasa por estar hablando y no colocar atención; usted no entiende nada,
siempre la misma”, tanto así que a ella le da miedo hacerle preguntas y se pone
nerviosa cuando escribe despacio o el profesor está a su lado. Le corregí a un
estudiante la forma correcta en que debía escribir la palabra “normalmente”, a
lo que Maicol me contestó que no lo corrigiera y que lo dejara así. Yo le
respondí que mi deber era corregirlo y no dejarlo con el error. Él se quedó
callado y cuando escribía un enunciado me pedía que se lo revisara.
Posteriormente
continuamos con la clase de matemática, a los alumnos les gusta que les
califiquen los ejercicios y les ponga la nota, aunque yo les digo que lo más
importante es que aprendan y no tanto que les dé una calificación. La profesora
me colaboró explicándoles a algunos los ejercicios que debían resolver.
A las
11:20 se fueron con Luisa Fernanda a la clase de educación física.
INTERPRETACIÓN:
Aunque
mi principal objetivo no es observar al profesor Camilo, lo traigo a colación
porque en esta y en otras prácticas pedagógicas, me ha impactado mucho el trato
que les da a los estudiantes. Pienso que la forma en que él se dirige hacia los
alumnos no es la más adecuada. He
comprobado que cuando uno se acostumbra a hablar en voz alta, los interlocutores
responden de la misma manera, además el ambiente de aula se torna un poco
agresivo. También me ha puesto a reflexionar bastante la manera en que le
recalca a Tatiana su ineficiencia, aun sabiendo que otros estudiantes no hacen
las tareas y se distraen mientras él da las orientaciones, a Tatiana le da
miedo preguntar y prefiere quedarse con la duda, porque lo más posible es que
no le respondan de la mejor manera. Además los amenaza diciendo que les va a
evaluar.
En este
caso se está presentando el maltrato emocional o psicológico, ya que dentro de
esta modalidad se encuentran conductas como: aterrorizar, atacar, descalificar,
etc. Esto puede desencadenar en los estudiantes indicadores como: baja
autoestima, conductas autodestructivas, etc.
-De acuerdo
a otros autores, el maltrato se refiere a aquellas situaciones en las que el
adulto responsable del niño no satisface las necesidades de afecto y atención
necesarias para el buen desarrollo de su autoestima. Abarca, entre otros, los
insultos, las agresiones verbales, el rechazo, el desprecio, la burla, la
crítica y las amenazas.
El
maltrato sicológico, ocasiona que en los primeros años del niño, éste no pueda
desarrollar adecuadamente el apego, y en los años posteriores se sienta
excluido del ambiente familiar y social, afectando su autoestima y sus
habilidades sociales.
Algunas
consecuencias psicológicas del maltrato
emocional son:
·
Inseguridad
·
Dificultad para expresar
sus emociones o sentimientos.
·
Se muestran ansiosos,
temerosos y desconfiados.
·
Sienten miedos nocturnos
y sufren de insomnio
Algunas
consecuencias sociales del maltrato verbal son:
·
Presentan dificultades
para aprender, para concentrarse y para desarrollar y terminar sus tareas.
·
Se comportan de forma
agresiva con otros niños y les cuesta trabajo aceptar y seguir normas e
instrucciones.
·
Cuando llegan a la edad
adulta, son más propensos a involucrarse en actividades delictivas, a presentar
falta de control de sus impulsos, agresividad excesiva, intentos de suicidio y
consumo de alcohol y de otras sustancias psicoactivas.
REFLEXIÓN:
Pienso
que la mejor manera de abordar el caso que se está presentando, es hablar con
el profesor Camilo para que le dé un manejo pedagógico a la situación. Él de
pronto asume estas actitudes porque no ha sido formado para ser docente, o sea,
que sólo tiene el saber disciplinar. Aunque realmente no sé cómo vaya a ser su
reacción, de pronto piense que me estoy involucrando en asuntos que no me
corresponden, creo que es mejor que reflexione a cerca de su actitud y además
al escuchar sus argumentos puedo tener una comprensión diferente al respecto.
- Yo siempre trato de ayudarla y darle confianza para
que no se sienta mal y lo haré en la práctica pedagógica del 12 al 15 de junio.

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