DESCRIPCIÓN:
La jornada inició con la clase de castellano; durante el tiempo que expliqué el “género dramático”, los estudiantes estuvieron muy dispersos y casi no prestaron atención. Dramatizamos varias situaciones de la vida cotidiana: robo, conflictos familiares y escolares. Manifestaron agrado haciendo este tipo de representaciones.
Algunos niños tienen facilidad para representar personajes como el papel de madre, borracho, etc, en cambio otros son tímidos y se les dificulta desenvolverse. Acto seguido, entregué la sopa de letras con los enunciados que debían completar acerca del tema de “el relieve” a quienes el día anterior habían terminado de consignar los dos carteles; les gusta mucho buscar y colorear palabras; los demás siguieron consignando el contenido de cartel; algunos niños transcriben mal en sus cuadernos, no continúan en el renglón, sino que cortan la palabra escribiéndola como aparece en el cartel, también copian las palabras con mala ortografía.
Posteriormente empezamos a trabajar en educación artística, se organizaron por subproyectos e hicieron el volcán, el nevado y el cerro con barro; también la meseta y la llanura con papel periódico y plastilina.
Después de finalizado el descanso íbamos a hacer un recorrido por el relieve riosuceño, pero cuando estábamos bajando por un camino, algunos niños (as)) invadieron un solar ajeno y Ana del Mar se robó unos limones, le llamé la atención y le dije que los devolviera. Regresamos de nuevo al salón y los corregí a nivel general explicándoles el motivo de mi decisión. Continuamos realizando el relieve y pude observar que muchos estudiantes derrochan el material de trabajo y no hacen uso adecuado de él, también pelean por querer tener las cosas y algunos hicieron mucho desorden en la elaboración de los elementos del relieve.
Algunos se atrasan mucho porque molestan, juegan con los peluches o conversan demasiado. Se dispersan con facilidad y tienen muy pocos períodos de atención y concentración.
INTERPRETACIÓN:
Algunos estudiantes del grado segundo se distraen con facilidad y presentan deficiencia en la atención y concentración; pienso que esto se debe a la baja motivación para aprender, dificultades en la realización autónoma de tareas y la falta de estímulos por parte de los padres de familia cuando ellos obtienen buenos resultados. También pueden distraerse porque las estrategias que utiliza la profesora no llenan sus expectativas y son poco novedosas; de igual manera pueden presentar problemas de dislexia y disfunciones en su sistema nervioso central y esto incide mucho en el aprendizaje.
Según la doctora Tania Adriana Peón Valdés, su origen responde a muchas causas, que van desde eventos que afectan al niño (a) antes de su nacimiento, como exposiciones a tóxicos, alcohol, humo del cigarrillo y enfermedades del embarazo. Posterior al nacimiento pueden afectar: daño al sistema nervioso por convulsiones, enfermedades infecciosas y traumas craneales. Se plantean además factores genéticos por lo cual el trastorno puede ser heredado de uno o de ambos padres, pero no sucede así en todos los casos. Algunos autores dicen que por estrés puede generarse déficit atencional, por tener padres muy autoritarios y restrictivos, una casa muy estrecha o incómoda o por una disciplina excesiva del colegio. Suele aparecer antes de los siete años de edad y prolongarse más allá de la niñez y la adolescencia. Mejora gradualmente con el paso de los años. El niño no elige actuar de esta manera, su autoestima con frecuencia se daña porque el niño (a) está más cercano al fracaso que al éxito y la crítica de maestros y padres, que no reconocen el problema como enfermedad y que va dejando huellas en su psiquis.
REFLEXIÓN:
Este “problema” puede ser minimizado en el aula a partir de estrategias metodológicas que permitan mantener al estudiante ocupado tanto motriz como cognitivamente, en trabajos manuales tales como: cortar, pegar, colorear, clasificar, ensartar, armar rompecabezas, descubrir diferencias entre láminas aparentemente iguales, entre otras.
También deben tenerse en cuenta las individualidades de cada estudiante y la forma en que éste aprende. Algunos deben ser diagnosticados por un especialista y de esta manera seguir un tratamiento y tomar los medicamentos prescriptos.
También se deben practicar actividades deportivas y favorecer las que se hacen al aire libre; intercalar el estudio y las tareas con pausas y recreos. Ofrecerles un espacio agradable para el estudio, en la medida de lo posible, un lugar silencioso, cómodo y ordenado. Ser flexibles con las faltas que no tienen menor importancia, no recriminarlos por cosas que pueden pasarse por alto ya que un excesivo control genera el efecto contrario. No descalificarlos porque son niños muy sentimentales; felicitarlos por los logros ejerciendo un refuerzo positivo y ser afectuosos con ellos.
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